27 DE ABRIL DE 2014
27 Abril 2014.
Pues una vez más los fuckis flacos madrugamos para intentar una nueva machada, esta vez llamada QuebrantaPerico: ni mas ni menos que desde Cabezuela del Valle escalar los puertos de Tornavacas, Estación de esquí de La Covatilla y puerto de Honduras. ¡Casi ná! Algunos ya los hemos subido, pero nunca los tres de un tirón. Una nueva prueba de estado de forma para todos y un gran entrenamiento para los que se atreverán con la Quebrantahuesos 2014.
Specialipe, Yulls, Perico, Jose Niño, Manu, Nenuquín, Noninguer y Ghostonio seremos los colgaos que nos atreveremos con la gesta-locura-estupidez, digna sin exagerar de una etapa de montaña de la Vuelta, aunque no al mismo ritmo, claro.
A las 7:15 me recoge Specialipe en nuestra imprescindible fuckineta, llena ya de bicis pero con un hueco aún para la mía. Después de avisar a Gabri de que su máquina ya no cabe y que se la lleve en el coche, distraernos con dos yogurinas que nos preguntan por un hotel, y de darme el inevitable cabezazo con el portón trasero de la fuckineta, repostamos en Carrefour y tiramos palante avisando a los compis por WhatsApp.
Al poco tiempo Specialipe me confiesa medio en broma medio en serio su habitual emboscada: subirnos primero Piornal. Definitivamente a este tío se la ha ido la olla, y así se lo hago saber por Whatsapp a los compis que vienen por detrás. NI DE COÑA. Llegando ya a Cabezuela no nos habían adelantado como esperábamos, así que les llamo para quedar a la salida del pueblo. Allí llegamos Specialipe y yo y nos ponemos a montar las bicis. Minutos después llegan ellos y me parto de risa cuando dicen que ¡se habían creído lo de subir primero a Piornal y venían casi dispuestos! :-)
Con las bicis ya montadas acabamos de "arreglarnos": comida, ropa, zapatillas, casco...el Niño mete un poco más de presión a las ruedas de Specialipe, y un minuto después en parado, ¡la rueda trasera revienta! ¡Te has pasado Niñooooo! Después la bici de Perico se desploma (no se si alguien la tocó o estaba mal apoyada) Uhhhhh... malos augurios, las máquinas se rebelan contra nuestra manía de darles palizas. Un señor muy amable me indica donde hay una fuente, aunque ahora no la necesitamos, y una señora se queda con cara de "vosotros sois gilipollas" después de preguntar y decirle que vamos a La Covatilla :-) ... y no le falta razón...
Ya listos Gabri prepara foto apoyando su móvil al lado de un árbol. Después se acerca a el y empieza a insultarle llamándole "patata" ¿¿¿??? En fin, qué vamos a esperar de un tío que se hace llamar Nenuquín :-) , pues que tampoco debe estar está muy allá, o que venir con Yulls en el coche le ha trastornado irreversiblemente :-O . Empeñado en poner a parir a su móvil insiste en el insulto, pero nada, el p... movil no quiere hacer otra foto :-) Está claro que al movil se la refanfinfla que le llamen "patata", Gabri. Creo que debes cambiar el insulto por algo que le toque la moral de verdad, por ejemplo "eres más falso que un MoviLine con 4G" o "te voy a cambiar por un Nexus 5". Ahíiiii le duele. :-)
Por fin arrancamos. Con buen humor surgen algunas propuestas de milongas para contener a las liebres, por ejemplo para contener al Niño es mano de santo hablarle de lo buenas que están la italianas :-) . El valle está precioso, completamente verde. En Jerte ya empezamos a subir suavemente y ni hemos calentado. Empiezo a quedarme, no es mi ritmo y tardaré unos kilómetros en calentar y empezar a ir cómodo. Así que me hago todo el puerto en solitario, con dificultad al principio y mucho mejor a partir de la mitad. Al llegar arriba nos hacemos unas fotos y comemos la primera barrita o higos secos. También nos hacemos con unos cartones para la bajada a Puerto Castilla y Barco de Ávila, convenientemente colocados bajo el maillot.
La bajada es rapidísima. Nos cruzamos con varias motos de Tráfico y Manu y yo casi nos tragamos a un señor de pié que parecía camuflado en el arcén. Busco el inicio de la subida al Tremedal, otro puerto que hay por allí, para subirlo en otra ocasión, y poco después llegamos a Barco de Ávila, donde nos desviamos un poco de la ruta para hacernos unas fotos junto al castillo.
Proseguimos en dirección a Becedas y las fieras, es decir, todos menos yo ;-) hacen un amago de ponerse a hacer relevos y en fila. Buffff, paso. Queda mucha y dura ruta. Pasamos Becedas, donde me fijo en el otro extremo de la subida al Tremedal, y su pequeño puerto. A partir de ahí un kilometrillo de bajada hasta el cruce que lleva a La Covatilla, desde donde ya se ve la cumbre nevada de la Sierra de Béjar. Algunos paran a esperar y comen algo, yo sigo, me quito los guantes y como en marcha durante el llanito que precede a las primeras rampas, o mejor dicho rampones...
Sí, rampones de hasta el 13-14%. Desde el llanito que decía se ve claramente una sucesión de zigzags que se elevan sin descansos hasta el cielo, estrechos al principio y que se van ampliando a medida que suben. Vamos, capaces de acojonar al más aguerrido fucki, y de hecho los comentarios que escucho van en ese sentido. Arriba a la derecha se ve la antena de la estación meteorológica que parece el final de la ascensión, pero no, hay más después...
Llegamos al primer rampón y empiezan a sonar alrededor esos clac-clac-clac que indican que algo pasa. Cambios y desviadores echan humo. Los fuckis aún no, pero no tardarán ;-) . De forma natural los más en forma empiezan a destacarse y los demás vamos mas lentos. Es ley de vida, cada cual debe subir a su ritmo y como pueda. Delante de mi van Gabri y Nono, y los demás ya nos sacan una curva de ventaja y empiezo a perderles de vista. En un momento dado noto un fuerte pinchazo en el gemelo izquierdo y me asusto, pero no llego a pararme. Bajo el ritmo y no parece grave, pero ante la duda decido subir muy despacio porque queda mucho.
Para mi las primeras rampas de este puerto son las peores. Después de superarlas encuentro un ritmo apropiado y las siguientes las hago mejor, pero siguen siendo muy duras. Mirando hacia arriba veo a los compis, aunque no los podía diferenciar. Siguiendo con el ritmo lento llego con viento al descansillo que hay antes de la estación meteorológica, tan corto que no me sirvió para recuperar, y además la fuerte rampa justo antes de la estación te desanima solo de verla...mae mía, qué rampita...
Superada la rampa y la estación hay otro descansillo mas largo que sí me ayudó a recuperar. A lo lejos distingo a Nono y a Gabri afrontando por separado una de las últimas subidas antes de llegar arriba. Sigo con mi ritmo cochinero, supero el punto donde les había visto y un poco más allá veo a alguien parado en el penúltimo repecho. Supongo que es Gabri, que no tenía claro si podría subir todo con el 25, pero me equivoco, ¡es Yulls que ha pinchado casi al final!
Justo cuando llego a su altura termina de arreglar el pinchazo y hacemos juntos el último tramo mientras un "plop" en los oídos me recuerda que estamos a casi 2.000 metros de altitud, ¡casi ná! Entrada triunfal en la estación de esquí, brazos en el hombro del otro, las multitudes nos ovacionan ;-) , y llegamos a donde nos esperan los compañeros. Un apretón de manos con todos. ¡Enhorabuena, una gran ascensión!
A toda velocidad unos turistas nos hacen unas fotos, comemos y vaciamos el depósito ;-) . Vuelta a ponerse chubasqueros, chaquetas, etc. para la bajada. Felipe revuelve un contenedor y encuentra la solución mas "caliente" ¡Un ejemplar de Interviú! ¡perfecto! que no tarda en meterse bajo el maillot. ¡Fijo que hizo toda la bajada empalmao! Vamos bajando poco a poco y con precaución porque la bajadita se las trae y tengo la sensación de que mis ruedas nuevas frenan peor que las otras y tengo que apretar mas los frenos. Nos cruzamos con un par de valiente como nosotros subiendo, ¡e incluso uno corriendo! Nono comentó después que se salió de la carretera bajando, ya a baja velocidad. Por suerte no pasó nada.
Ya abajo necesitamos recargar agua, y seguimos bajando hasta Béjar, donde en una gasolinera Yulls infla bien la rueda. El empleado nos indica una fuente un poco mas abajo de la antigua estación de tren, y para allá que seguimos. Nos adelantan un par de pros que levantan el instinto asesino del Niño que amaga con seguirlos, pero increíblemente se controla. En la fuente un ciclista local nos dice que mejor no beber de ahí, así que seguimos hacia Cantagallo, yo ya con un poco de sed, con intención de coger agua en un bar que al llegar nos encontramos cerrado. Hay que seguir.
Afortunadamente un poco antes de Puerto de Béjar encontramos otra fuente. Confiando en que el agua de la sierra sea sana bebemos y recargamos, y 200 metros mas abajo encontramos otra fuente con un gran cartel "Agua Potable". :-( Cagüentóooooooo...
Proseguimos el descenso hacia Baños de Montemayor por la antigua N630, muy bonito. Pasando por el cartel de "Comunidad de Extremadura. Provincia de Cáceres" se escucha una ovación fucki y un poco más abajo pasamos al lado de la calzada romana de la Vía de la Plata. Al mismo tiempo ya vemos a lo lejos nuestro último objetivo, el puerto de Honduras.
Pasamos Baños de Montemayor y Hervás sin más incidencia que algún repecho suelto. Antes de empezar a subir nos paramos para que pueda quitarme la chaqueta, tiramos palante y quedamos arriba para la foto antes de que el grupo, inevitablemente, empiece a disgregarse. Esta subida es simplemente preciosa, sobre todo al principio. Los robles y castaños te envuelven y subes a su sombra durante muchos tramos, y además no es muy dura, todavía. Dejamos a la izquierda la entrada a la Pista Heidi y nos quedamos Gabri y yo a cola, él con primeros síntomas de cansancio, y yo conservando el gemelo donde sufrí el pinchazo y con mi política habitual de dosificar mucho para llegar bien.
A ritmo muy constante seguimos Gabri y yo para arriba. Al mismo tiempo que va desapareciendo la vegetación él va hablando menos, mal síntoma, hasta que después de una curva cerrada a la izquierda dice que necesita comer y que no consigue coger nada del bolsillo trasero en marcha, así que nos paramos unos minutos faltando un par de kilómetros para coronar. Comemos algo y reanudamos pasando al lado del mojón de 13 km, con lo que solo debe faltarnos uno.
Llegamos arriba y los compis nos están esperando para la foto junto al cartel. Han pasado frío esperándonos, así que tiran para abajo enseguida mientras Gabri y yo nos damos un respiro y nos preparamos para la bajada, vertiginosa. Un coche al que no puedo adelantar me retrasa unos minutos y luego me como entero un pequeño pero profundo bache que estaba oculto por la sombra de un árbol. Creí que me había cargado la rueda, pero no, ahora puedo decir que mis ruedas nuevas son duras. Llego el último a donde habíamos dejado la fuckineta y los dos coches y todos nos saludamos otra vez ¡Enhorabuena fuckis!
Unos estiramientos, cambio de ropa, cargar las bicis y unas cervecillas y bocatas en el bar de al lado comentando las incidencias del día. Vuelta a casa y el amigo Felipe con su Via Crucis de después de cada escapada repartiendo a domicilio las bicis. Una vez más, gracias Felipe.
¿Qué decir de los flacos fuckis? Pues todos impresionantes. Las liebres Jose (la gran esperanza fucki), Perico (constancia pura), Yulls (superando sus horarios complicados para salir), y Manu (que ya se ha ganado el título de liebre a base de esfuerzo), son inalcanzables. Felipe como siempre, un valor seguro. Nono subiendo sin problemas, y con una pierna que el llama pocha que muchos quisieran para sí. Gabri impresionante siempre aunque puede salir muy poco...
Por mi parte en mi línea, dosificando demasiado. Sigo pensando que el éxito de una ruta dura está en llegar al final entero y poder decir "podría seguir un rato más". Siento que me tengáis que esperar a menudo por esto, pero mi nivel no es el vuestro y a mis 45 tacos ya no creo que cambie mi "filosofía dosificadora". Otra cosa son las salidas cortas, donde sí me seguiré permitiendo algún que otro arreón.
¡Un abrazo a todos y hasta la próxima!
Un popurrí de fotos.
